Los pastores bajaron esta vez como si vinieran desde lo mas alto de los árboles, casi desde la parte mas baja del cielo, pero eran los pastores, pequeños, personajes que forman parte de una tradición que tiene cinco años creciendo en los sueños de los niños y niñas de la comunidad de Figueroa del municipio Los Salias, a un lado del hermoso paisaje que se dispersa a lo largo de la carretera Panamericana o por la vieja carretera de la Mariposa subiendo por El Cují.
Los pastores llenaron de colores las angostas calles de Figueroa y entre danza y danza desfilaron con su alegría hermosa repartiendo versos propios de esa poesía bonita que tienen las tradiciones en esos encuentros con las gentes que todos los días nos mira desde esa pequeña ventana que es lo cotidiano.
Los músicos contagiaron a todos y lanzaron sus canciones mas allá de la danza que los niños y niñas con la complicidad del profesor Jorge Rondón bailaban por la calle del medio o sencillamente por la calle, como si fueran saltimbanquis con sus maravillosos trajes de colores que también eran el baile y la locura de quienes creían en su divino niño como seña de un ritual que terminaría solo con la llegada a la casa indicada.
Durante cinco años, los Pastores se han convertido en parte de esa pequeña comunidad que ha crecido entre el calor de una montaña que pareciera estar detenida en el tiempo y en lo profundo de una danza de sueños que jamás dejarán de bailar esos niños y niñas a pesar de la lluvia.
Los Pastores bajaron repartiendo alegría por todas partes como si la alegría fuera un puñado de caramelos cuya dulzura le cambia la sonrisa a las personas, a todos aquellos que se asomaban a las ventanas a ver a sus hijos danzar al ritmo del amor con que bajaban de sus propias canciones.
Y pensar que esos pastores nacieron entre el corazón de la escuela y la piel hermosa de la pequeña biblioteca de la comunidad, desde donde se escapan los personajes mas infantiles que se hacen sentir en la fantasía de esas estrechas calles de Figueroa, llenas esta tarde de los mismos personajes de todos los días a la hora del recreo.
Que linda experiencia es ver el pequeño, pero magnifico mundo de los Pastores danzando en dirección a las casas blancas donde los fundadores hicieron la casa grande donde ellos pensaron que era lo mas parecido a su lugar de origen...Santa Cruz. ¡que bonito es recorrer con los niños el barrio!
La lluvia imprevista, ayuda a convertir el recorrido en una pequeña aventura tocada por la humedad y hasta el Santo Niño sentirá las gotas del amor de todos recorrer su corazón de magia y fe. De manera que llegamos al final del recorrido con una oración de gratitud por lo hermoso que ha sido este pedazo de tarde que nos dimos de regalo.
Este año que se fue, sirvió para que nuestros carajitos crecieran, para que se hicieran mas carajitos y para que esa familia que es Figueroa sienta que sus tradiciones pronto se harán adultas y al igual que el Festival de Cuentos, se exparsa por el corazón de todos y todos se sientan pastores de su propia realidad, de ese breve espacio donde el tiempo determinará el tamaño de sus hijos.
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